Sin lugar a dudas, una propuesta que seduce, se presenta desafiante, y
plantea varias condicionantes en nuestra rutina diaria y en la de nuestro
entorno, poryectándose con un mínimo de 3 meses por delante.
Varios asumieron el desafío en primera instancia; otros lo fueron
procesando, evaluando, y sumándose a la propuesta.
Había que hablar del tema con la familia, proponerse entrenar duro,
cuidarse y también asumir riesgos. El entrenamiento debía hacerse en la
estación más difícil del año para cumplir con un plan de entrenamientos, en
invierno. Sabido es que la lluvia, un día ventoso o de intenso frío; algún
resfrío o gripe, podía interrumpir cualquier plan pre establecido.
Con las cartas a la vista, asumiendo riesgos, extremando cuidados,
comenzaron largas jornadas de entrenamientos individuales y grupales,
distinguiéndose en estos últimos, los famosos “fondos domingueros”, donde la
consigna era, sumar kilómentros y más kilómetros.
Adrián “Coco” Curz, uno de los iniciadores de la movida, se convirtió
casi al instante en “Cocotour viajes” ...que te lleva pero no te trae, haciendo
también todos los trámites concernientes al viaje y estadía en la city
porteña.,
El grupo se fué consolidando con debutantes y experientes en la llamada
“distancia reina”.
Son de destacar algunos casos particulares de los debutantes. Anita
Rodríguez, fué convencida de correrla, en el cumpleaños de Gissel López; la
siempre indecisa y temerosa Silvia “Capi” García, esta vez fué ganando en
confianza y llevada por el grupo, y así se metió en los entrenamientos, dándose
cuenta poco a poco, que realmente ¡podía!. Nando “Sonrisita” Guarise, tímida y
casi inconcientemente, también se largo a esta aventura, tras que sus
compinches “del fondo”, la halcona Gaby Viude y Ale Pizani, literalmente “le
hicieran” la cabeza.
Como todo emprendimiento a largo plazo, pueden surgir inponderables de
toda índole. Uno de carácter estrictamene laboral, y prácticamente que de
último momento, dejó sin posibilidad de correr a Gustavo Villarreal, que sin
duda, tendrá prontamente su revancha.
Asi, haciendonos el aguante unos a otros, pasaron los meses de
entrenamiento y organización del emprendimiento, hasta minutos antes de la
partida.
El jueves 10 de octubre, en horas de la noche, había que estar en club
para recibir los equipos deportivos, confeccionados por la empresa Podium, con
el patrocinio de nuestro sponsor oficial, DIRECTV, a quien agradecemos
enormemente dicho aporte, principalmente en la persona del ex jugador
olimpista, Emiliano Heinzen, y a iniciativa de nuestro Presidente, Fernando
“Cholo” Stagnari.
El viernes 11, a las 07.00hs, el grupo viajero tenía que estar en Plaza
Cuba para ascender al bus con destino a Colonia y de allí, por vía marítima a
Buenos Aires.
Capitulo aparte, de enorme agradecimiento y reconocimiento, para “el
gran” Valdir Zimmer. Una vez más, al igual que el año pasado, puso a nuestra disposición
su microbus, para todos y cada uno de nosotros, sin ninguna condicionante de
hora ni lugar, para ir a buscarnos a horas tan tempranas, quitándole horas a su
propio descanso, por el solo hecho de brindarnos la tranquilidad de estar a la
hora señalada, en el lugar indicado, y todos juntitos. Su calidad humana, su
sentido solidario, de amistad y de compromiso afectivo con el grupo, una vez
más quedo plenamente confirmado, incluso por encima de alguna contraindicación
final.
Junto a compañeros de otros equipos, que con las horas se convirtieron
en amigos, por el gusto y placer que dieron esas horas y días compartidos,
partimos rumbo a Colonia.
De salida, la alegria, la ansiedad contenida, dieron lugar a que algunas
voces se alzaran más de la cuenta en el interior del bus, donde viajaba gente
que plácidamente descansaba o intentaba el descanso, la cual se vió algo
molesta y reclamo silencio, sin mayor éxito.
Tras un par de horas, entre mates, chistes, y comentarios de toda clase
(pelo y señal), llegamos al puerto de Colonia, donde a la par, en otro bus,
llegaba en forma solitaria Nelly Niebla. Allí, luego de los trámites usuales,
ya integrado completamente el grupo viajero, abordamos el barco con destino la
la capital Argentina.
El cruce del río permitió encontrarnos con más atletas compatriotas, que
con mucha alegría, también iban por la conquista de las calles bonaerenses.
Apenas se levantaron anclas, hubo estampida a la zona de free shop
(mujeres por perfumes, hombres por whisky), para luego, una vez más calmos, el
mate volviera a ocupar su “reinado” habitual, fotos mediante.
Vale mencionar aqui, las condiciones físicas en las que viajo Julio
Curbelo. Un esfuerzo laboral, hizo que se sintiera del ciático, poniendo en
riesgo su participación en la prueba. Lo hizo casi arrastrando una pierna, y
quien pudo verlo en esas horas previas, poco o nada apostaba por su presencia
el domingo en la línea de largada.
Tras
unas 15 cuadras mas o menos (y alguna "extra" por pasarnos de la
dirección indicada), cargando valijas, bolsos (los hinchas de Peñarol cargaron
maletas), ansiedad, alegría e ilusión, llegamos al coqueto apart hotel Golf
Tower, ubicado en Pampa y Cazadores, pleno barrio Bajo Belgrano.
Allí
nos dispusimos en las diferentes habitaciones, y rápidamente salimos en busca
de un lugar para almorzar.
Luego
de un breve reconocimiento de la zona, caimos prácticamente que por asalto en
"Chevere". Diferentes menúes saciaron nuestra hambruna.
Los
más cercanos a atletas profesionales, degustaron pastas. Los desprolijos, le
entraron con fuerza a las papas fritas, carnes, etc.
Mientras
los primeros bebieron jugos, agua y algún refresco, no resistieron la tentación
de ver a los segundos, calmar su sed con una cerveza bien helada, lo que dió
lugar al brindis de bienvenida.
La
mesa, ubicada sobre la vereda y bajo un tibio solcito primaveral, era
atendida con mucho esmero y simpatía por Jessi, quien robo miradas
masculinas y alguna propuesta para visitar Montevideo...
Junto
con los desayunos, este fué uno de los momentos compartidos por todo el
grupo. Siempre hubo una onda espectacular entre todos, ningún contratiempo
ni desencuentro, todo lo contrario, muchisima alegría y apoyo. Claro, al ser un
grupo numeroso, los gustos para las salidas, paseos, compras, fueron diversos.
Ese
primer día en Buenos Aires, nos llevo hasta la Expo Maratón, para retirar el
kit. El sábado a la mañana marco salida de compras en la zona de Avellaneda,
otros optaron por algún shopping, encuentro en el Obelisco con más corredores
uruguayos.
Mas
compras, mas paseos, mas recorridas en subte y colectivo, hasta que alguno/a,
muy cansado/a de tanto andar y andar, a veces optaba por quedarse panza arriba
en el hotel, reponiendo energías...o por razones médicas. Tal fué el caso de
Julio, quien no participo de alguna de estas salidas, en atención a los dolores
que estaba soportando, debiendo extremar cuidados, en su intención, a esa
altura dudosa, de correr la maratón.
Esos
cuidados tuvieron el asesoramiento profesional de Laurita Solis, y el apoyo
logístico de Angelita Nievas.
Para
el mejor recuerdo quedará también, la oportunidad en que en uno de esos
viajes en colectivo, Edu Medina recibió la gran noticia de ser abuelo,
recibiendo, cánticos mediante, el saludo y las felicitaciones de todos.
Ya en suelo argentino, y tras cumplir nuevamente
los trámites de rigor...a caminar se ha dicho.
La noche del sábado, previa al gran evento, juntó a todo el grupo para "...la última cena". Ahí sí, todos cuidaron su ingesta, mayoritariamente no nos salimos de pizzas y pastas, pero porsupuesto, no falto el brindis con deseos de muy buena suerte, adornado por la siempre cómplice rubia, que llaman cerveza.
El amplísimo espacio verde del Paseo de las Américas, lucia espectacular, una movida impresionante de corredores, seguridad, logistica, prensa, autoridades, mucho colorido, la adrenalina en el aire...y muchos, muchos uruguayos dispuestos a correr, preparando sus músculos en el calentamiento previo.
Comenzó
la cuenta regresiva, y al llegar a 0...¡largamos!
.....y allá salimos, cada uno con su estructura
y plan de carrera, cada uno con su objetivo, bajar tiempos, vencerse a uno
mismo, demostrarse que se puede, poner en las calles meses de entrenamiento.
En mente y corazón muchas y variadas sensaciones. Horas para
experimentar diferentes vivencias, firmeza y debilidad espiritual, fuerza,
ganas, cansancio. Expresiones de alegría, de apoyo solidario, de
agotamiento, de fatiga. Correr y correr, "tragarse" kilómetros y
kilómetros en busca de la ansiada meta. Descubrir y redescubrir la gran urbe
bonaerense, emocionarse al ver alguna bandera uruguaya al costado del camino y
al escuchar un ¡¡¡vamos, arriba uruguayo/a!!!
Darse
aliento a uno mismo y a los demás, poniendo huevos y ovarios. Levantar un
pulgar, una mano, dar una palmada. Pegar y recibir un grito.
Buscar
con la mirada compañeros de equipo, convencerse que el dolor no es tal, que
todo será disfrutable y valdrá el esfuerzo al cruzar el arco de llegada.
Asi
nos vieron pasar lugares emblemáticos como el Obelisco, el Cabildo, el Teatro
Colón, Plaza de Mayo, la Casa Rosada, los bosques de Palermo, la Boca con el
mítico estadio xeneise, el coquetísimo Puerto Madero, recibiendo en pleno
esfuerzo una carga de energía extra, al ver un par de veces en ese recorrido,
en diferentes lugares, la sonrisa y el aliento de Lauri.
...a
dos orillas
TROTANCAP
Mientras
eso ocurría en Buenos Aires, aquí en Montevideo se desarrollaba la
multitudinaria TROTANCAP, donde estuvo presente el resto del equipo, y estos
fueron sus registros: Veronica Moraña 41minutos 27 segundos, Eugenia Benso
58.50, Leticia Fornero 01 hora 07.22, Gissel López 01.07.22, Lilián Bon 49.52,
Mathias Perazza 35.51, Emiliano Rodríguez 44.38, Germán Furtado 43.47, Liber
González 44.51, Piero Pinotti 48.31, Gustavo Villarreal 55.06, Sergio Paz
46.32, Juan Vega 42.54 y César Basso 52.16
El
momento supremo.
...y
nosotros seguiamos corriendo. Faltando poco menos de 1 km, vimos al queridisimo
Washington López, alzar su voz para el empuje final y tomar la histórica foto.
Aún más cerca, y ya en el embudo hecho por el público presagiando el
inminente final, la sorpresa de ver entre la gente, una camiseta y una bandera
de Olimpia..se trataba de Celia Pérez, que también partió su garganta al pasaje
de las "alas rojas".
Uno
a uno fuimos llegando, todos en óptimas condiciones, todos felices por el logro
obtenido, haciendo "carne" aquello de que el dolor es pasajero y la
gloria eterna.
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